Había una vez una tortuga a la que todo le parecía escalofriante, se asombraba de lo que había a su alrededor, en ocasiones su exagerado sentido de ver el mundo la hacían especialmente cuidadosa. Un día salió, la pequeña y lenta tortuga del agua a tomar el sol y se encontró a un humilde pescador, quiso correr, huir de aquel lugar por que como era tan exagerada para ver las cosas, se imaginó toda una escena en su cabeza, y en su afán de correr, solo se lastimó y cayó al mismo sitio, así que el pescador la tomó en sus manos para ayudarla y la llevó hasta un lugar donde sus cortas patas pudieran estar firmes.

 

 

 

 

 

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El asombro de aquella tortuga fue inmenso, miró fijamente al hombre y preguntó; ¿Quién eres? Él respondió, soy Juan y no te haré daño y ahora tú, ¿Cómo te llamas? Ella sin vacilar dijo: me llamo Juana, y ¿No me vas  a comer? ¿No me vas a guisar y servir en tu mesa?.

 

Juan sonrió y dijo, no te voy a guisar, tampoco te voy a comer, solo quiero ser tu amigo. ¡Bien!, entonces me presento como debe ser. ¡Hola! Soy Juana la tortuga y vivo en la cascada El Mohán y acabo de caer por un abismo sobre esta roca, tengo un amigo pez que se llama Roco, él vive en el río y de vez en cuando lo visito, aunque temo que haya sido atrapado por una atarraya porque unos hombres como tú suelen ir de paseo a la finca en una canoa y siempre llevan escopetas y atarrayas para llevarse todos los peces y otros animales.

 

                                                       

 

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Papá y mamá me advierten de los peligros que hay en el mundo, un planeta misterioso donde se hacen pandillas de amigos que buscan destruir todo, los parques naturales, los animales del bosque, de los potreros.

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Hace unos días, vi a un venado saltar por la pradera y unos niños que corrían tras el asustado animal lanzando piedras y palos como si se tratara de un peligroso enemigo. Y de esa manera tortuga y pescador se hicieron buenos amigos, después de una larga y tendida conversación, mira Juana entiendo todo lo que dices pero te voy a explicar algo, no vivimos en el planeta misterioso, nuestro mundo es tan hermoso como el tuyo y tampoco somos como unos virus malos que todos quieren destruir!

 

Hay conmigo personas de buen corazón, que ayudamos a los demás, tenemos una casa, una familia como la tuya, niños que van a la escuela a formarse, a prepararse para un mejor futuro… a partir de hoy me comprometo contigo, Juana, a no cazar tortugas para que estés mas tranquila y así vivas feliz en tu mundo, ¿estás de acuerdo?

 

Vaya! Me sorprendes pescador, yo que me imaginé muerta guisada y servida en tu plato y ahora estoy haciendo tratos contigo. Iré a donde papá y mamá y les diré todo lo que viví y que ya no son mas nuestros enemigos, ahora seremos amistosos con los humanos respetando los espacios de cada quién. Correré libremente, nadaré sin parar y viviré mil años más.

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Aquí acabaron la exageraciones de Juana; nado hacía el lugar donde había habitado siempre y se sumergió feliz en las aguas de la cascada donde vive tranquilamente con su familia.

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