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ACRÓSTICO

 

 

 

 

Mariana Osorno Rojas

Estudiante grado 8A - Sede Central

Puerto Rico

Ubicado a orillas del majestuoso Rio Guayas

Enaltecido por su belleza natural

Rodeado de bellos paisajes

Todo es tan radiante donde los

Olores y colores se funden para

 

Rodearnos de una belleza

Inigualable

Como el tesoro más preciado

Orgullo patrio

 

Donde solo algunos tenemos la fortuna de disfrutar del

Oleaje del viento en

Nuestros rostros

Dándonos la sensación de libertad

Enriquecidos con un tesoro invaluable

 

El agua

La flora y la fauna como

 

Oro puro emerge por valles y praderas

Radiantes como el resplandeciente sol que sale cada mañana por entre sus grandes montañas

Orgullosos somos de tan

 

Espectacular tesoro que

Salvaguardamos y protegemos sus

 

Verdes montañas y su

Esplendorosa

Riqueza hídrica

De donde me siento orgullosa de pertenecer y un día

Envejecer y enseñarles a mis hijos de la verdadera riqueza que Dios nos dio.

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"Toda escritura es un viaje de descubrimiento"

Nadine Gordiner

ACRÓSTICO

 

 

 

 

Keidy Yulissa Méndez Vergara

Estudiante grado 10A - Sede Central

Clima

Amo el medio ambiente

Me comprometo con la naturaleza

Biodegradable

Impedir la contaminación

Otro reto para tener en cuenta en nuestra vida.

 

Cuido la naturaleza

Le dedico tiempo para un

Importante

Mejoramiento de nuestro planeta

Ambiente libre de humo

Tierras fértiles

Imagino un ambiente saludable

Cielo azul es un cielo sano, vamos por

Otro día sin contaminación

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ACRÓSTICO

 

 

 

 

Brian Camilo Murillo Montealegre

Estudiante grado 10B - Sede Central

En tiempos pasados este

Fenómeno era un gran aliado para

El ser humano, ya que nos protegía

Constantemente de los rayos solares.

Teniendo en cuenta que el hombre

Obstaculiza y destruye su fuente de vida

 

 

Invaluable a causa de la destrucción de

Nuestra atmósfera

Veo claramente que la capa de ozono

Está siendo afectada por la contaminación y los

Residuos tóxicos, mostrando

Notablemente su desvanecimiento.

Actualmente el efecto invernadero está

Deshaciendo los glaciares,

Esto aumenta las inundaciones, entre otros. Ahora

Reflexionemos en lo que hacemos por nuestro planeta

O en qué podemos ayudar para salvar a nuestro hogar.

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"Escribir es la manera más profunda de leer la vida"

Francisco Umbral

TODO

 

 

 

 

Angie Lizeth Bohórquez Ramírez

Estudiante grado 11B - Sede Central

 

Le entregué el cielo, la luna y las estrellas como si me pertenecieran, aún así nunca me dio una respuesta concisa.

Le dije que nunca le dejaría, respondió que no era verdad, porque siempre le decían lo mismo y no tenía a nadie en quien confiar o llorar.

Me ahogué un tiempo en mi existencia, recordé la promesa que había hecho y me odié por olvidarla.

Me presenté de nuevo en sus mensajes, siempre tardaba en responder, esa vez respondió al instante, me pregunté si había pensado en mí, no fue así…

Siempre traté de darle mi mejor versión, no creo que lo haya notado porque yo siempre terminaba en el pasillo encontrando la ansiedad como una amiga.

El arte era su mejor escape, y ésta estaba cansada de que nunca dijera lo que pasara por su mente. Traté de comprender lo que desconocía, sin embargo lo único que hallaba eran cabos sueltos en el camino solitario que era nuestra relación.

Después de años dejé de tratar, me dije que no era capaz de seguir. Llegó el día planeado, pero no pude moverme, me sostenía de los brazos y esperaba a que me calmara. Creí que no le volvería a ver, pero ahí estaba como aquella vez en el pasillo, esperándome. Me dije que lo que me mataba, me hacía sentir con vida. Y lo seguí diciendo hasta en los más soleados días.

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"Las palabras son todo lo que tenemos"

Samuel Beckett

CONFESIONES A VOZ MUERTA

 

 

 

Sebastián Castro Valderrama

Estudiante grado 11A - Sede Central

 

Antes de empezar déjame confesar todo lo que siento por ti, que es tan grande que no se puede contar. Todos los sentimientos, todos los deseos y todas las emociones que me inspiran.

 

Tus ojos al brillar como gran astro celestial, la linda sonrisa que hacen tus labios me inspiran más placer que alcanzar la eternidad. Y no hay ninguna droga que me haga entrar más en trance que el roce de tus manos suaves en mi piel.

 

Y sin importar los riesgos por los cuales deba afrontar para poder llegar a estar a tu lado los lucharé sin quejar ni desfallecer porque te mereces eso y mucho más. Y tu dulce voz más bella que el cantar de las aves al despertar. Y si me llegases a besar yo he de explotar de felicidad porque yo te veo como una diosa y eso sin exagerar.

 

Me imagino despertar un día y recibir un beso tuyo y taza de café… Ahhh todo es cuestión de tener fe.

 

Por eso rezo al cielo por valor para poder decir lo que se esconde tras de mí y aunque suene muy infantil el miedo se apodera de mi y no puedo decir todos los sentimientos que fluyen por ti, y te lo diré aunque los nervios me habrán de ganar pero lo he de intentar.

 

Y yo no he solo de hablar también soy de actuar y todo lo que te digo te he de hacer realidad de la manera más irracional y espontánea posible. Y no sé cómo no te has dado cuenta si cuando estoy cerca de ti se me nota como me pongo de nervioso y feliz por poder compartir el aire que hay cerca de ti y por poder oler ese perfume que me encanta por ser tan dulce y enloquecerme.

 

 Y si por poderte besar tengo que ir a ganar la guerra mundial lo haré por que mientras yo siga suspirando cada uno va a ser de amor por ti. Y mientras yo no esté muerto tu siempre vas a tener una vida llena de amor esperando tu aceptación. Y es increíble como mi imaginación empieza a maquinar y torturarme  creando toda una vida junto a ti.

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"Puedo sacudirme todo mientras escribo; mis dolores desaparecen, mi valor renace"

Anna Frank

EL ROBO DEL MUSEO DE BOSTON

 

 

 

Diana Marcela Morales Quinayá

Estudiante grado 10B - Sede Nuestra Señora de La Paz

 

Era un día de verano como cualquiera en la ciudad de Boston, con el sol reluciente y el cielo inmensamente azul. Estaba sentado en su oficina el detective Philip Brunetti cuando de pronto llegó un viejo amigo llamado Charlie Stone, él era policía; llegó un poco agitado, el detective le preguntó lo que le había pasado y él le respondió:  - Han robado el museo de Boston y necesitamos a un buen detective que investigue sobre el caso. 

El detective Philip con gusto aceptó e inmediatamente se dirigió al museo para saber más sobre lo que había pasado, allí los policías le informaron que los ladrones eran dos hombres que se habían vestido de policías y que necesitaban entrar para poder calmar una supuesta perturbación que se estaba produciendo allí y como los guardias eran inexpertos los dejaron entrar al museo, cuando los ladrones entraron al museo esposaron a los guardias de seguridad y pasaron más de una hora eligiendo las doce piezas de arte que robarían. Este caso era difícil, pero el detective Philip debía intentarlo, no prometió resolverlo, pero si dijo que iba a dar todo de él para encontrar las obras y a los ladrones. Se retiró a su casa para al siguiente día en la madrugada empezar con este caso. 

Casi no pudo dormir, es que solo de pensar en el peso que tenía sobre sus hombros se le iba el sueño, entonces pensó que porqué dormir y esperar a mañana si podría comenzar ya. Fue y se puso su traje para ir a investigar. 

Eran como las doce de la noche cuando llegó al museo. Este estaba rodeado por una cinta amarrilla policial, al entrar se encontró con un policía un poco sombrío que le preguntó quién era a lo cual él respondió: 

-Soy Philip Brunetti el encargado de investigar el caso de las pinturas robadas, vengo a buscar pistas que me ayuden con la investigación.

Le mostró su permiso y lo dejó entrar. Comenzó a mirar los nombres de los cuadros robados y entre ellos se encontraba el cuadro “El concierto” de Johannes Vermeer, era la obra más valiosa que tenía el museo. 

 

Fue inmediatamente donde estaba ubicada esta obra antes del robo y comenzó a buscar huellas dactilares, pero no encontró. Le dio curiosidad una pequeña luz que salía reflejada de uno de los jarrones que había por ahí cerca, se acercó para mirar qué era lo que reflejaba la luz y encontró un pequeño vidrio; se le vino una hipótesis a la cabeza que podría ser la forma de cómo los ladrones se llevaron los cuadros sin accionar las alarmas, la cual sería que utilizaron ese vidrio para reflejar el rayo láser que activa la alarma para otro lado y así coger más fácilmente las pinturas.

Ya había amanecido y no se había dado cuenta, era tanto su afán por encontrar pistas que ni se daba cuenta del pasar de las horas. El detective se fue a su casa a pensar un poco sobre cómo los ladrones habían podido engañar tan fácil a los guardias.

-Es cierto que eran inexpertos, pero ¿Cómo no identificar a dos sospechosos que solo llevaban un uniforme policial y nada más?, y ¿Cómo no pedirle su identificación?, ¿Quién deja pasar esto en alto si es algo que siempre lo hacen?, ¿Será que ellos también fueron parte del robo?. Eran muchas preguntas las que invadían su mente, por eso quiso ir a interrogar a los guardias que estuvieron esa noche. Por suerte estaban en la comisaría, así que se dirigió hacia allá; cuando llegó pudo observar que los policías estaban un poco estresados por el robo ya que el alcalde estaba pidiendo respuesta sobre este caso.

Cuando entró se encontró con su amigo Charlie Stone, el cual lo llevó a donde estaban los guardias. Entraron a la sala de interrogación y comenzó a hacerles preguntas:

- ¿Por qué no les pidieron la identificación a esos supuestos policías? Les pregunto el detective Philip.

- Fue un error, algo que se nos pasó, ya pedimos disculpas por eso. Respondieron los guardias

-Saben que si no hubieran cometido este error hubiesen podido evitar el robo o ¿será que ustedes son sus cómplices?, les recalcó el detective Philip.

- No, nosotros seriamos incapaces de hacer tal barbaridad, es cierto que cometimos un error, pero no somos cómplices de esos ladrones. Dijeron los guardias.

Después de interrogar a los guardias volvió a su casa con las manos vacías y sin ninguna pista que le ayudara a encontrar a los ladrones. 

Ya se iba el primer día del caso. El detective tenía mucha presión por parte del alcalde ya que quería que resolviera el caso lo más pronto posible, esto lo llevó a traer refuerzos porque el solo no podría. 

Llamó a su amiga Estarla Jones y a su hermano Eliot Jones, ya con ellos había compartido varios casos y se entendían mucho para trabajar. Les informó sobre lo que había pasado y aceptaron trabajar con él. Empezaron el día siguiente yendo al museo a ver si había algún detalle que se le hubiese escapado al detective Philip sin darse cuenta, y fue así ya que se pusieron a buscar huellas en los vidrios y encontraron una huella digital. Era un gran avance porque con una huella se puede identificar a una persona y lo más probable es que a la persona que le pertenezca la huella sea uno de los dos ladrones.

Mandaron las pruebas al laboratorio y resultó que esta huella pertenecía a Butch Cassidy el cual era dueño de una pequeña granja fuera de la ciudad. Los detectives fueron a interrogar a ese sujeto, pero no encontraron a nadie, lo que les resultó sospechoso.

 

Decidieron preguntar en una pequeña granja que había cerca, a ver si ellos sabían porque no había nadie en la casa, donde les respondieron que los dos hermanos que vivían en esa casa se habían mudado el día anterior, pero no sabían a donde habían ido. Esta información les sirvió hartísimo a los detectives para la investigación. Cuando volvieron a la ciudad buscaron el nombre del hermano de Butch Cassidy, el cual se llamaba Sudance Cassidy, quienes se volvieron los principales sospechosos. Sus fotos fueron llevadas a la comisaría para ver si los guardias los podrían identificar y efectivamente eran ellos.

Sus fotos fueron pegadas por toda la ciudad y la policía avisó en todo el país para que iniciara la búsqueda de los hermanos Cassidy. Una semana después llegó la noticia de que habían encontrado a los hermanos Cassidy cruzando la frontera con Canadá con una gran suma de dinero, pero sin las pinturas.

Los hermanos Cassidy fueron llevados a juicio, pero no dijeron qué habían hecho con las pinturas que robadas, lo más probable fue que ellos vendieron estas pinturas por grandes sumas de dinero. Ellos fueron sentenciados a 70 años de prisión. Pero de las pinturas no se sabe nada hasta el día de hoy y no se pudo encontrar más dinero fuera del que llevaban en la mochila los hermanos Cassidy, ya que éste solo equivalía al precio de una pintura y no de todas.

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"Aunque tu mente esté confundida, tu corazón siempre sabe la respuesta"

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